La distalización es una mecánica muy predecible en el tratamiento con alineadores transparentes. De hecho, si echamos la vista atrás y pensamos en aparatología fija, en muchos de los casos de clases II que presentan un desplazamiento a mesial de los cuadrantes superiores seguramente optaríamos por tratar esta problemática con la extracción de algún premolar. Gracias al plástico podemos tratar este tipo de maloclusiones de forma fácil y cómoda. Además, el paciente asimila mucho mejor la exodoncia de un cordal superior, y la biomecánica general del caso se simplifica enormemente.
Existen diversas teorías que defienden que la distalización es un movimiento que puede realizarse sin attachments. En estos casos buscaremos un desplazamiento a distal de los molares implicados, de forma que tanto la corona como la raíz se muevan de forma simultánea, es decir, buscamos un desplazamiento en masa.
Como ya sabemos, los alineadores son mucho más efectivos en movimientos coronales que en aquellos desplazamientos que implican a la raíz. Es por ello que este campo se sigue estudiando, y a pesar de que el mayor porcentaje de estudios determinan que la distalización es predecible sin attachments, algunos otros estudian la posibilidad de colocar un attachment convencional horizontal o vertical para optimizar el movimiento radicular, además de añadir un movimiento de hipercorrección de tip radículo-distal a los molares. El attachment horizontal durante la distalización funcionaría como un riel, controlando la posición radicular. El attachment vertical generaría un momento entre sus dos extremos que optimizaría el movimiento de la raíz.
¿Conclusión? Si bien faltan estudios que ahonden más en este campo, nosotros siempre estaremos a favor de aplicar cualquiera de estas mecánicas en nuestros pacientes para valorar con qué protocolo de colocación de attachments nos sentimos más identificados, moldeando así nuestra forma de trabajo, y trasladando a la oclusión de nuestros pacientes aquello que mejor nos funcione.