La anquilosis dental es una anomalía en la que se observa una pérdida de continuidad del ligamento periodontal, lo que da lugar a la unión del hueso alveolar con el cemento o la dentina. Esto impide el proceso eruptivo normal y el crecimiento vertical del diente anquilosado. A consecuencia de estos hechos, la pieza anquilosada se mantendrá por debajo del plano oclusal.
Su etiología indica que, aunque se desconoce con certeza la causa de la anquilosis, hay diversas teorías que intentan explicar sus causas. Una de ellas afirma que cualquier discontinuidad en el ligamento periodontal puede predisponer a la anquilosis. Otra, explica que cualquier trauma que haya afectado al hueso o al ligamento periodontal desencadena procesos degenerativos que producen la unión del diente al hueso alveolar. Los factores genéticos, las alteraciones del metabolismo local, las infecciones localizadas o la presión masticatoria excesiva son otras de las causas que se relacionan directamente con una mayor predisposición de anquilosis dental.
¿Cómo se realiza el diagnóstico de la anquilosis dental?
El diagnóstico debe realizarse clínica y radiográficamente. Las radiografías panorámicas o periapicales pueden mostrarnos algunos de sus signos principales, como la pérdida del espacio del ligamento periodontal o la ausencia de continuidad en el área donde se ha producido la anquilosis. Clínicamente podemos observar piezas sin movilidad, alteración del plano oclusal, y, a veces, extrusión del diente antagonista.
En base a la severidad de la infraoclusión, la anquilosis se puede clasificar como:
- Leve: pieza anquilosada a 2 mm por debajo del plano comparado con los dientes adyacentes.
- Moderada: presencia de contacto proximal con los dientes adyacentes.
- Severa: por debajo del contacto proximal de los dientes adyacentes o sumergido en el tejido gingival (sólo es visible radiográficamente).
Un diente anquilosado puede favorecer la inclinación de los dientes adyacentes por la falta de contacto interproximal, así como dar lugar al retraso en la erupción de los sucesores permanentes, o a una pérdida de la longitud del arco, provocando alteraciones como apiñamiento, pérdida de espacios o desarrollo de maloclusiones.
¿Qué tratamientos existen?
Las opciones de tratamiento son varias. En casos de infraoclusión leve a moderada, se puede controlar los efectos secundarios reconstruyendo la altura oclusal, nivelando el plano oclusal y realizando controles clínicos y radiográficos periódicos. También, se ha recomendado la extracción del diente anquilosado para ser reemplazado protésicamente, pero este método puede producir un defecto del hueso alveolar, generando problemas estéticos durante la sustitución protésica. La técnica de distracción alveolar fue descrita por primera vez por Llizarov en 1971: básicamente consiste en mover el diente anquilosado, devolviéndole la altura y la función oclusal.
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